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Los títulos son necesarios. No me refiero a los que ganas en la pista, que aparte de necesarios, son preciosos. Me refiero a los que se consiguen obligatoriamente en las aulas.

En esta sociedad, tener un título equivale a disponer de la facultad de aspirar a cargos de mayor relevancia en la pirámide socio-laboral en la que desgraciadamente nos encontramos. Es, permitidme la licencia, una cuestión primordial del Capitalismo. Gana más un Doctor que un Licenciado, un Diplomado que un Bachiller. Podríamos pasarnos horas discutiendo sobre esto, pero hay una cosa clara; no es un sistema para nada perfecto, pero es necesario medir el conocimiento de alguna manera, y no me parece la peor. Eso no quiere decir que haya gente que no sea un experto pese a no tener ningún título. Mi abuelo, que bastante tuvo con mantener la prole de bocas que pedían alimento después de la Guerra Incivil, jamás estudió, y era el sabio más fantástico que yo he conocido nunca.

Con esto de los Títulos de Entrenador pasa algo parecido. No te van a descubrir un «Nuevo Baloncesto», no te vas a caer de un caballo y al salir de allí vas a ser Sergio Scariolo. Pero son una herramienta utilísima de formación por varias razones. Y debes tenerlos si quieres aspirar a poder entrenar más allá de cadete en algún momento de tu vida.

Y ahora que se está celebrando el CES2016, que algunos hicimos en años anteriores, aquí van algunos «pros» y otros tantos «contras». Por si lo estáis haciendo, o por si tenéis pensado hacerlo.

A FAVOR

  1. 15 días hablando, estudiando, viviendo, respirando baloncesto (más la parte online previa) SIEMPRE son positivos. Hasta el más tonto (como el que les habla) aprende algo nuevo.
  2. Muchos de los ponentes, por no decir todos, son de un nível altísimo. Creo firmemente que tenemos los mejores formadores de Europa. Sólo hay que ver la cantidad de ellos que exportamos. El nivel de las Ligas FEB en cuanto a entrenadores nacionales es realmente alto. Es de agradecer que transmitan sus conocimientos y compartan experiencias con los alumnos.
  3. Lo mejor del CES, sin duda ninguna, es el intercambio de experiencias entre los alumnos. En mi año, nos dividían en grupos de cinco personas para hacer un «Ejercicio Profesional», como lo llamaban ellos. Yo, 22 años, que creía que sabía algo, me di cuenta de que estaba en los pañales. No diré nombres para no involucrar a nadie, pero me tocó con un chico catalán que venía de las categorías inferiores del FC Barcelona, un auténtico entrenador casi-profesional; una chica Zaragozana que era Licenciada en INEF y diplomada en Fisioterapia, una bestia de trabajar, y dos vitorianos, uno con más experiencia que todos nosotros juntos, y otro con una tremenda ilusión y dedicación absoluta a este deporte, que ahora está en cantera en Baskonia. Cuatro fenómenos, vaya. De lo que más aprendí fue de escucharles. Era una barbaridad verles hablar de baloncesto. Verles trabajar. Soy mejor entrenador gracias a ellos.
  4. La estructura del CES es de una complejidad alta. Requiere mucha gente dedicada a que todo esté en su sitio. Los tutores son de un nivel tanto o más alto que los ponentes. Todo está muy bien organizado. No hay un solo problema logístico en todo el Curso, y eso habla muy bien de la Organización del mismo. Pese a no estar de acuerdo con ellos en muchos aspectos, no se les puede negar las horas de esfuerzo y trabajo para que todo salga lo mejor posible.

 

EN CONTRA

  1. El principal problema del Curso es el famoso «Método FEB». Ese omnipresente método que todo el mundo conoce pero nadie ve. Todo el curso está enfocado al «Método», y es tan verdaderamente repugnante que a veces tiendes a pensar que sobras, cuando en realidad les estás pagando el sueldo. Allí cohabitan una serie de personas que viven de la FEB y que se dedican a hacer creer que el CES es el Curso que te va a cambiar la vida. Son los «predicadores de FEB», que definió uno de los alumnos aventajados. Nada más lejos de la realidad. El curso es muy útil, pero si elimináramos todo este abanico de chupópteros, correveidiles y distintos elementos de la raza peloteril, el curso ganaría muchísimo.
  2. La «saturación» es tan grande que no puedes absorber todos los conceptos en tan poco espacio de tiempo. Esa es una lección que aprendí tarde, pero creo que a tiempo. De los Cursos se debe almacenar en apuntes lo máximo posible, pero después ir sacándolo de la bolsa en pequeñas «píldoras», poco a poco. La cantidad de información es enorme, así que no te importe estar varios meses revisando apuntes del CES, con mucha paciencia.
  3. Muchos de los ponentes van a «hablar de su libro». A mi personalmente me decepcionaron los clinics. El 80% de ellos fueron prefabricados, nada útiles. Algunos de los entrenadores sin equipo se dedicaron a «venderse» más que a «vender».Muchos de ellos, al tener sueldo de FEB por ser miembros de cuerpos técnicos de selecciones, no preparaban la charla tal y como hubieran debido. Aprendí mucho más de escuchar a los Tutores (Jota Cuspinera, Richi Serrés, Ramón Jordana…) que de los invitados a dar las charlas.
  4. Al llegar a casa, crees que te apellidas Scariolo. Ese es un problema muy nuestro, muy español, y nos ha sucedido a todos, aunque algún «falso humilde» lo niegue. Después del CES crees que lo sabes todo, que es una vergüenza que no te den el mejor equipo de tu club, y que los demás no tienen ni idea. Inventas sistemas, pintas y pintas gráficos como un loco, hablas de Metodología como si fueras un erudito de la materia…y la realidad es que tu equipo infantil de primer año no llega a tocar la canasta con el balón porque pesa mucho. Quieres hablar del «crosspick», del «push» y del «duck under» con tus chavales, que te miran como si estuvieras chalado. Ahora, cada vez que ves un partido ACB, te crees con derecho a criticar a Pascual y a Laso, porque sí, porque tú eres Entrenador Superior, leñe, y Laso está claro que está ahí porque fue jugador de élite, y es un enchufado, y Pascual es un aburrido que juega a 60 puntos, y siempre que la cosa se pone fea se la da a Navarro para que resuelva.

 

Conclusión, querido amigo. En el global del Curso de Entrenador Superior, diré que es una experiencia altamente positiva. Pero no te engañes, y que no te engañen, no vas a sufrir una experiencia sensorial única. Es, simplemente, una estructura que debes aprovechar en tu beneficio.

Un saludo, amigo mío.